martes, junio 12, 2012

Veintinueve de mayo

"El día veintinueve de mayo, a las nueve de la noche, fui a la habitación de mi hermano mayor y le pedí que me prestara el coche. Acababa de comprarlo y puso mala cara, pero yo no hice caso. Mi hermano me había pedido dinero prestado para comprarlo y no podía negarse. Me hice con las llaves, subí al brillante Toyota MR2 y circulé durante una media hora. El coche era nuevo y apenas llevaba recorridos mil ochocientos kilómetros en total. Era tan ligero que al pisar el acelerador volaba. Era el coche ideal para mi propósito. Al acercarme al malecón del río Tama, vi un gran muro de piedra de apariencia verdaderamente sólida. era el muro exterior de un bloque de pisos. estaba, además, en el fondo de un cruce en forma de T. Tomé una distancia suficiente para acelerar y pisé el pedal a fondo. Me lancé de cabeza contra el muro. El coche debía de ir a ciento cincuenta kilómetros por hora. cuando el coche chocó de frente contra el muro, perdí el conocimiento.

Sin embargo, para mi desgracia, el muro no eran tan sólido como parecía. Quizá los trabajadores lo habían construido deprisa y mal, sin dejar asentar bien los cimientos. El muro se derrumbó aplastando la parte delantera del coche. Sólo eso. El muro era blando y amortiguó el impacto. Además, debía de haber estado terriblemente aturdida, pues había olvidado desabrocharme el cinturón de seguridad.

 Y así escapé de la muerte."

 Creta Kanoo

"Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" de Haruki Murakami

Párrafo leído el veintinueve de mayo de 2012 ¿casualidad o destino? ¿Cuántas serán las posibilidades de leer un párrafo de una hoja de un libro de 905 páginas, de entre los varios libros que tengo para leer, de entre las cientos de noches que viajo en metro? No sé, pero me pasó, es la experiencia de la lectura, de la magia, de la vida... el veintinueve de mayo quedará marcado de alguna forma en mi existir, mientras tanto Creta Kanoo no murió y yo tampoco...

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