Queridos Reyes Magos:

Hace algunos años que dejé de escribirles porque empecé a sentirme grande y eso de pedir juguetitos no me hacía ver muy bien con mis compañeros de la escuela, además esos juguetitos ya no me bastaban para inventarme soluciones a la vida que comenzaba a enfrentar, con el dinero de muñequitos no podía comprarme nada, con la cocinita no podía alimentarme, con los cochecitos no podía transportarme y con las muñecas no podía entablar una coversación.

Poco a poco dejaron de satisfacerme sus regalos, además de que siempre he sido muy dificil de complacer, nunca me trajeron esos patines que tanto anhelaba, y las muñecas nunca fueron totalmente de mi agrado, sólo recuerdo haber tenido una barbie de vestido rosa que rápidamente boté por ahí, las cosas de nenas nunca fueron lo mío, cuando me trajeron la muñeca con carroza y caballito, sólo me gustaba ver las patas del animal de un lado a otro... Y claro! Yo sí tuve polly pocket de esas pequeñitas, una casita hermosa que se abría y hasta encendía la luz, mis muñequitas jugaban basket, estudiaban, comían, tocaban el piano y hasta iban al baño, jajaja.

Ahhh yo jugaba a las canicas y esas sí me las traían, mis bombochas! O el pizarron ese mágico que era rosita, jaja... Recuerdo que también tuve mi garra de Leono con la espada, Thunder Cats... Ohhhh! Aunque esa la saqué en una Feria, no me la trajeron ustedes, lo que sí me traían eran juegos como el destreza, o mi bicicleta, esa a la que le pegaba estampitas del Cruz Azul cuando ese era mi equipo, yo era fan del fut y de las luchas, ohhh sí!!

Pero tal vez lo mejor de lo mejor del día de reyes, más que los juguetes y demás regalos, era ir al circooo!!! Mi abuelito nos llevaba justo ese día y aunque no recuerdo muchos detalles, mis pocos recuerdos de esos momentos son llenos de felicidad, una felicidad infantil desbordante, de esa que te hace sentir cosquillitas en la panza, ganas de gritar, correr y brincar, ir al circo era la mejor experiencia que podían regalarme, era una ilusión tremenda.

Bueno Reyes, tal vez me he extendido, pero todavía quisiera decirles que aunque ahora pueda apreciar en este día una reactivación a la economía y el flujo de mercancías para comenzar el año, creo también que esta es una tradición que no se perderá, sobre todo en el DF, los padres siempre tendrán la responsabilidad de continuar con las ilusiones de sus niños y unos momentos de alegría.

Lo que les pido ahora con más ansias, es que además de juguetes, traigan a todas las familias esa comprensión de que este día es para alegrarse, para dar gracias de lo que se tiene, para cumplir sueños, para convivir, para crear sonrisas, sobre todo sonrisas sinceras. No es necesario llenar a los niños con miles de juguetes en compensación del amor no dado durante todo el año, no es necesario comprar el juguete más caro o moderno para obtener el amor de sus hijos, No!

Hoy vi mucha gente enajenada, el domingo mucha gente peleando casi al golpes por un pedazo de rosca o leche, hace rato a unos padres jóvenes que al llevar bolsas y cajas con juguetes no eran capaces de darles una educación decente a sus hijos, me dio tanta tristeza, de qué sirven los juguetes sin los valores para la sana convivencia para todos en este mundo. Eso es lo que pido.

Gracias por leer mi carta, buen viaje!